de movida
cuando el fuego abría
mecánicamente reía
con cada chispa
que brotaba
como un regalo
jamás un vínculo extremo
ni una pausa fría
sólo ella
con montañas en las
pestañas
la mirada de jabón
escuchando
la locura parecida al viento
tatuándome momentos
de barrotes delgados
espinas de sal
jugando a la muerta
amante de verdad
conocí
su silencio vegetal
entre los gritos de la carne
y los dados
de mis dedos
copiaron huellas
por números.
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