de cosas
espantosas
uno puede creer
en el libro bueno
en los enigmas del atardecer
afortunado
y
"como a nadie le gustan las farmacias
te planteo algo
que no tiene ninguna gracia
aguanta lo que cargo
en la puta desgracia
por una dama de alto rango
y si te rimo es
porque me hacía
de poeta o de bardo"
una broma de buena fe
al tanto yo vendía que la luna explotaba
entre tus saturninos pechos y san martín
desnudo & envuelto
en fino látex te adoraba
en su caballo todo alrededor tuyo
levantando su muda & carnívora espada.