Una brillante luz que compite con sus ojos
la ceniza ya se ha vuelto cristal
sólido ejemplo de la alquimia desparramada
luego del incendio que penetra todo: la garganta del arte arde buscando aire
Persiguiendo músicas de aguas lejanas
Y como la mismísima atenea
Otorga todos los sentidos
los dedos danzan
frente al asesinato de lo no creado todavía
Y cuando lo químico ha sido liberado
brotan desde las emociones más latentes momentos
Y el instante
Y su final
su punto culminante
y aún impresiona
Aunque no lo bastante ni lo suficiente
como hacer que se cierre la puerta que conduce
a esa idea en particular.
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