y todas las hermosas estrellas eran testigos altos
silenciosos y brillantes como los grillos
y nuestras madres se veían viejas amigas
que a menudo conversaban entre ellas
y nosotros en verano odiábamos las bermudas
pero fuimos héroes y dábamos lugar a los años
que nos hacían niños dandys jugando rápido
fuimos esto que hoy nos hace diferentes
e iguales entre los mortales
tu trabajo es de lo más misterioso
mi mirada lo es más todavía
lo que construíamos en inocencia & experiencia
destruíamos en altas o bajas frecuencias
pero no estamos lejos
nos movemos de memoria
y vibraciones extrañas
aunque sea un solo día una noche
o nunca más
queremos que nos ocurra igual
y que tampoco sea para siempre
porque pensamos que la vida es un juego
demasiado exótico para nosotros
por eso decimos que lo juega otra gente
que lo practican los otros
qué bonita vecindad
la filosofía los números la libertad
sabemos en el bajo vientre lo que un lazo
resbaloso & ensangrentado
nos pudre en amigos
nadie tiene esa libertad física
nadie gobierna los ombligos
pero bajo tierra también hay raíces
como lazos [de otra clase]
cuando el mundo era otro planeta
y nos arrastraba una corriente
donde no había siquiera un mísero charco
entre los ojos de los abandonados
y hablábamos entonces que lamentábamos haber sido
cobardes hasta que no nos acorraláramos
en la vieja y abyecta idea
de que el olvido siempre se merece
algún que otro recuerdo
la música en una calle oscura
desierta como la luna en completa moneda
nos late en el corazón igual que como
cuando pensábamos en esas minas
tan preciosas hechiceras por cierto
y en una tierra desconocida nosotros somos esto
lo que te une te detiene y lo sabemos
nos decide desde antes
cuando hablábamos de lo que deja aquí la visita
de la hermosa & vieja muerte
y al final del día
pacientes o atolondrados
tullidos o mutilados
es por el principio de individuales
ambiguos & reales
y la sangre de colores en cajas
latas de dinamarca
que adentro guardaban secretos
de buttercookies en mediatarde b°buci
lo que luego se gritaba en una calle
y terminaba a los llantos
en un callejón
tu mente nunca quieta
la mía todavía olfateando
aquellas galletas
ese es un secreto inútil para llevarnos al abismo
estemos bien o mal
a no ser que un alma
piadosa freudiana & recontracatólica
nos ponga nuestros viejos juguetes
a la hora de cerrar nuestras tumbas
ya siendo diabólicos ancianos
que van no saben como a parar al verano adolescente
del paraíso del dante
y encima vamos contándonos chistes de borrachos
con el timbre de la fina & santa
crueldad de los dioses.
/para l.r.
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