20150316

la escalera de los dioses15

hace como 4 ó 5 semanas estuve en la casa de mi amigo pelataí. pelataí es de esos que sostienen un crisol de amistades y son muy buenos anfitriones, así que comimos pollo con papas y cerveza helada. hacía calor. fue un domingo al mediodía. me contó que venía de la penitenciaría.
- de la cárcel? porqué? -le pregunté interesado.
- un amigo, el orlando, está en cana.
yo lo conocía vagamente al orlando. le pregunté porqué lo habían metido en cana.
- una confusión. drogas. lo agarraron a él y en realidad era otro el responsable.
- la puta. -me quedé pensando si eso me pasaría a mí, me mato.
- pero no me dejaron entrar -me comentó un tanto frustrado- porque se olvidó de anotarme en la lista de visitas, así que.. en fin, me vine para acá. te sirvo con espuma?
le dije que sí.
esa tarde conversamos bastante y bebimos varias cervezas más. luego volví a casa y me olvidé del tema.

ahora bien, ayer le llamé y nos juntamos de nuevo en su casa a la tarde. compramos unas cervezas como siempre y fumamos un poco de marihuana. nos sentó bien la tarde y charlamos un rato. me comentó que se había estado juntando con otros amigos y esas cosas. me dijo que un amigo le dijo: ja, pelataí, vos sí que sos un personaje, eh.. y él lo miró nada más.
- vos no sabés nada -le contestó pelataí despreocupadamente.
la cosa es que me comentó que había vuelto a la cárcel a ver a su amigo, esta vez correspondientemente anotado en la lista de visitas, y que le había llevado unos cigarrillos y algunas otras cosas.
- le quise llevar una coca cola pero no te dejan -me advirtió.
- y pudiste entrar y todo el mambo?
- sí, sin problemas. ahora te cuento.
y me contó.

- llegué a eso de la una de la tarde porque la entrada es hasta las dos. hice una pequeña cola de espera. había gente de todo tipo. me sorprendió ver una familia bien, de clase media común, nada que ver con la delincuencia, viste. el tipo llevaba un llavero de honda en el bolsillo del pantalón.. me sentí un poco raro ahí esperando para entrar. jamás he ido a la penitenciaría y tenía un poco de nervios..
- claro -asentí yo.
- cuando entré un cana abrió una puerta de metal que tenía un candado. entramos yo y unas cinco personas más. pasamos a una pequeña sala donde había otro oficial en un escritorio para confirmar la lista. de ahí pasamos a una sala más grande donde te recibían el documento de identidad y te revisaban. eran como probadores de ropa. a las mujeres las revisaba una mujer policía que llevaba guantes de látex. yo dije uy no.. pero a mí apenas me cacharon como en cualquier recital de rock y me dejaron entrar. bah, pasé a un lugar donde había otra puerta, pero esta era de rejas..
- bien cárcel cárcel -dije.
- sí. pero cuando la abrieron me pidieron los lentes y me revisaron de nuevo. y sabés qué, víctor? fue raro. me pusieron tres sellos en el antebrazo y una pincelada de algo como engrudo.. luego me indicaron dónde tenía que ir para ver a orlando. caminé por un largo pasillo de tierra a cielo abierto. no había ni un alma. al menos ahí.. hasta que llegué a una especie de patio con banquetas de cemento, mesas, y hornos para cocinar. como era el día de visitas, muchos presos estaban con sus mejores ropas, su bermuda, camisas, etc..
busqué a orlando pero no lo encontraba así que me volví y le pregunté a uno que estaba cerca de la puerta si lo conocía. me dijo que sí, que allá estaba sentada la madre. fui hasta la madre y la saludé. en eso viene un tipo y me dice:
- vos sos el pelataí?
- sí.
- mirá arriba, en la ventana del pabellón.
miré, y vi la mano de orlando con el pulgar levantado haciéndome ok. fue un alivio y una alegría para mí..

a los diez minutos bajó. nos dimos un abrazo. vos sabés víctor que yo soy corto para eso, pero fue un abrazo largo y emotivo.
- viniste -me dijo orlando.
- te dije que venía y vine -le contesté.
nos sentamos. estaba también su novia actual. ella y la madre preparaban unas empanadas mientras nosotros dos hablábamos. me leyó la causa. me dijo que el abogado le había dicho que iba a estar adentro unos meses más hasta que se destrabara el asunto. sentí pena por él. sentí pena porque además sabía que no tenía la culpa y se estaba comiendo el garrón.. de pronto le sonó el celular.
- tenés celular..?
- shhh -me hizo callar- hola, quién es.. sí, bueno bueno ahí voy, esperáme ahí en la entrada loco dále chau. -y cortó.
- tenés un celular? -volví a preguntarle asombrado y divertido a la vez.
- más vale. acompañáme?
- adónde?
- hasta la puerta del patio. tengo que ver al panadero.
fuimos. el panadero era un gordo con cara de indio todo transpirado. había un milico en la puerta que me frenó, pero el orlando le dijo que no salía que estaba con él, así que pasamos a al otro lado. el panadero abrazó a orlando y luego me extendió una gorda mano marrón.
- tomá -le dijo orlando al panadero- después nos vemos.
- dále, gracias chino. chau.
yo miraba al oficial que se encontraba a 24 centímetros de nosotros y no lo podía creer.
le había dado 2 bolsas pequeñas de cocaína.
volvimos y comimos las empanadas. yo ya me meaba, así que le pregunté adónde podía ir. me dijo que esperara.
yo seguía con la imagen de la situación con el panadero en mi mente.
- sabés qué, chino? mi pesadilla número uno siempre fue que me perseguía el increíble hulk en un hospital abandonado..
- jajaja -rió.
- .. y la segunda es estar preso. y vos le pasas mandanga a un chabón acá adentro de la cárcel en la cara de un vigilante!
- jajaja -volvió a reír. luego aclaró su garganta y me dijo serio:
acá cada pabellón tiene su política y en este el sol sale para todos.
me quedé mudo.
en una mesa divisé una mina bastante linda. miraba el piso y tenía los brazos cruzados. parecía enfadada. era rubia teñida y con aspecto de guarra pero linda. le pregunté al chino qué onda con las minas y me hizo un ademán con la mano como si no le importara demasiado.
- igual -aclaró- acá a los presos no se los mira a los ojos.

cuando terminamos de almorzar me hizo una seña y fuimos al baño. bah, era una pared común donde entraban todos.. mientras orinábamos me dice:
- dame la mano.
- para qué?
- vos dáme la mano dále -insistió.
le extendí el brazo y mi sorpresa fue aún más grande cuando veía como colocaba un tiro de coca en mi muñeca. aspiré rápido. temeroso la adrenalina me subió hasta las nubes. estaba tomando cocaína en el baño de la cárcel provincial. volvimos a las mesas como si nada, pero yo estaba colocadísimo.
- bueno, me voy al privado con la gringa -dijo orlando refiriéndose a su novia por supuesto.
- ok. pero acompañame antes así me voy -le pedí. no tenía problema me dijo.

en la salida del pabellón nos dimos otro gran abrazo. largo y apretado, ante la mirada de dos oficiales en una cabina de vigilancia. nos soltamos. me miró a los ojos.
- sos un 100 -me dijo. y me colocó otro saque en la mano. las piernas me temblaron y parecieron no sostenerme por un momento. di media vuelta callado y enfilé al escritorio donde tenían mis cosas. escanearon mi brazo con engrudo para comprobar que no era un preso y salí. me subí a la moto y me vine a casa. todavía sin caer del todo..

pelataí sirvió más cerveza. se sacó la remera.
- es que soy un personaje -murmuró sonriendo.

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